Es extraño. Hace ya tiempo renegué de mi impuesta condición de católica apostólica y romana y me declaré a mi misma atea convencida. Pese a eso, todavía hay una tradición de la "mitología cristiana" que me conmueve hasta el punto de hacer saltar mis lágrimas descontroladas y erizarme el vello .... es la Semana Santa, pero no cualquiera, la Semana Santa Zamorana.
Yo soy de Zamora, de nacimiento y de corazón, y pese a que he vivido en Madrid prácticamente toda mi vida he pasado infinidad de veranos, navidades y "fiestas de guardar" en Zamora arropada por el calorcito familiar.
Una de las visitas obligadas era la Semana Santa, aunque creo que no debería llamarlo obligación sino devoción.
Mis mejores recuerdos son de cuando era niña: tener una palma el domingo de ramos, esperar emocionada la llegada de las procesiones como si fueran la Cabalgata de Reyes, los labios hinchados de comer pipas Facundo (sin tirar las cáscaras), las sopas de ajo, las dos y pingada, ser lo suficientemente mayor como para ver "La de las cinco de la mañana" con mis primos/as sin padres y por supuesto las almendras garrapiñadas.
Los recuerdos mas emocionantes: Ayudar a mi abuelo a vestirse de cofrade y escuchar el retumbar del juramento de silencio el miercoles por la noche en el patio de la catedral. Esperar pacientemente a que todos los varones de mi familia me revolvieran el pelo o me tiraran de un moflete al pasar por mi lado anónimos bajo su capuchón. El Coro Sacro cantando en la puerta del cementerio. La marcha de Thalberg el viernes por la mañana. El olor a cera e incienso de toda la ciudad.
Hoy es domingo de ramos, vivo a miles de kilómetros de Zamora y estoy nostálgica, así que he acudido a internet (la mejor herramienta inventada para aplacar la morriña del inmigrante) y me he dado un paseo por las calles de Zamora inundadas de cofrades con la marcha fúnebre de Thalberg de fondo. Tengo un nudo en la garganta y los ojos vidriosos...........casi como estar en casa.
Sobre la supervivencia
Hace 9 horas
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